San José Obrero

Patrono de los trabajadores 
Hermanos, el pasado mes de marzo meditábamos sobre la figura de san José como padre y esposo humilde, justo y amoroso; hoy celebramos su memoria haciendo énfasis en sus virtudes como trabajador incansable y fiel proveedor. Según el Evangelio de san Mateo, san José era carpintero (Mt 13, 55); sin embargo, el término que utiliza el Evangelio en griego es Tekton, que traduce «Albañil». Esto significa que no solo trabajaba con la madera, sino que también realizaba otros trabajos de construcción y ornamentación. San José se dedicó con amor a su labor, pues de ella dependían su vida y la de su familia; además, no solo le enseñó a Jesús todo lo relacionado con su oficio artesanal, sino que también le inspiró valores como la solidaridad, la honestidad, la sinceridad, la tolerancia, la paciencia, la comprensión, la mentalidad abierta y el amor por su trabajo. De ahí que el Papa Francisco, en su carta apostólica Patris Corde, diga que «El trabajo se convierte en participación en la obra misma de la salvación, en oportunidad para acelerar el advenimiento del Reino», ya que es en nuestros ambientes laborales donde diariamente ponemos a prueba y fortalecemos nuestras aptitudes, no solo las intelectuales o físicas, sino también valores y virtudes. La invitación de esta celebración es a ver en nuestros trabajos una oportunidad para crear el Reino de Dios en la tierra y ver el Rostro de nuestro Señor en el de aquellos con quienes interactuamos, ya sean jefes, subordinados, compañeros de trabajo, socios, clientes , entre otros. En este año de san José, sigamos el ejemplo del santo patriarca y demos testimonio de Cristo en nuestros trabajos.

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